El proyecto fue innovador por varias razones. En primer lugar, porque involucró activamente a toda la comunidad escolar, especialmente a los estudiantes. Así, con su participación en el diseño, implementación y uso de las rutas de seguridad, cambiaron sus hábitos y los de sus familiares y contribuyeron a solucionar los problemas de transporte del municipio. Por otro lado, el proyecto tuvo un enfoque innovador al intercambiar las experiencias realizadas en los centros educativos de los países participantes a través de la plataforma eTwinning. Asimismo, se utilizaron las TIC (apps, redes sociales, webs) para organizar los viajes grupales a la escuela y para hacer difusión a otras escuelas. Además, el proyecto tuvo un enfoque multidisciplinario, abordando diferentes cuestiones transversales como la salud, el medio ambiente, la movilidad y la seguridad. Las actividades realizadas estuvieron vinculadas a diferentes temas, como geografía, ciencias ambientales, artes, idiomas y educación física, lo que ayudó a mejorar también las habilidades de comunicación y TIC. Todos los estudiantes participaron en la planificación de diferentes actividades sobre movilidad, salud, seguridad y sostenibilidad según el nivel de los niños. Además, el proyecto mejoró la diversidad lingüística y cultural, ya que se realizaron actividades en inglés ya que la lengua común entre todos los países participantes era el inglés. Finalmente, el proyecto promovió la inclusión social, reduciendo las diferencias sociales con la promoción de ir andando al colegio como modo de transporte sostenible, pero también porque participó un centro educativo con alumnos con problemas de movilidad.